El pulmón de Valladolid
En la retina de cualquier vallisoletano/a están grabados nostálgicos momentos como ir al estanque, echar de comer a los patos, comerse un helado o un barquillo, o dar un paseo en la famosa barca ‘La Paloma’ de Luis Gallego Martín, ‘El Catarro’, y escuchar sus fantasiosas historias. Recuerdos y sensaciones que también podrán llevarse quienes visiten el Campo Grande, este gran parque público, alma verde de la ciudad.
El Campo Grande, el gran parque público de la ciudad, ofrece una serie de características que lo hacen accesible para todas las personas, incluyendo aquellas con movilidad reducida:
Puntos de acceso:
Las entradas al parque están diseñadas sin barreras, con puertas anchas para permitir el acceso fácil a personas en sillas de ruedas o cochecitos de bebés. La principal se encuentra en el Paseo de Filipinos, conocida como la Puerta del Príncipe, que da acceso al paseo del mismo nombre, que finaliza en el acceso desde la Plaza de Zorrilla. También dispone de varios accesos sin barreras desde el Paseo de Zorrilla y la Acera de Recoletos.
Itinerarios accesibles:
Todos los caminos del parque son accesibles, construidos con tierra compactada o losas de piedra, lo que facilita el desplazamiento de personas en silla de ruedas o con otras dificultades de movilidad. La única excepción es la cascada, que solo tiene acceso por escaleras.
Estanque:
El estanque está rodeado por un murete de piedra con la altura adecuada para que las personas en silla de ruedas puedan disfrutar de la vista y observar la fauna acuática sin impedimentos.
Biblioteca:
La biblioteca del parque, abierta de mayo a octubre, dispone de una rampa para garantizar el acceso a todas las personas, independientemente de sus capacidades físicas.
Parque infantil accesible:
En el exterior del Campo Grande, en la aneja Acera de Recoletos, hay un pequeño parque infantil que cuenta con atracciones diseñadas para ser accesibles, proporcionando diversión inclusiva para los más pequeños.
Baños accesibles:
El parque no cuenta baños públicos adaptados, pero la Acera de Recoletos, boulevard con acceso directo al parque e forma peatonal, si que dispone de uno.
Áreas de descanso:
En el parque hay bancos y áreas de descanso a intervalos regulares a lo largo de los caminos accesibles.
Estacionamiento accesible:
Existen espacios de estacionamiento reservados cerca de las entradas principales del parque, con suficiente ancho para vehículos accesibles y fácil acceso a las rutas principales del parque. Dos en la calle María de Molina, esquina con Plaza de Zorrilla y otras dos en la Plaza de Colón, en la zona del Hospital Campo Grande.
Iluminación adecuada:
Buena iluminación en todos los caminos y áreas clave del parque para facilitar la movilidad y aumentar la seguridad al caer la tarde, ya que de noche el parque permanece cerrado.
Zonas de sombra:
El Campo Grande dispone de áreas sombreadas para proteger a los visitantes del sol, especialmente importante para personas con condiciones médicas que se agravan con la exposición prolongada al sol.
Un poco de historia
El parque se remonta a 1787 durante el reinado de Carlos III. Conocido como Campo de la Verdad en el siglo XIV, cambió su nombre a Campo de Marte en el siglo XIX por su uso militar. Este espacio verde de 11,5 hectáreas se debe al corregidor Jorge Astraudi y al arquitecto Francisco Antonio Valzania. El alcalde Miguel Íscar transformó el parque en un jardín romántico en 1877-1880, con importantes espacios como el estanque, la cascada y la gruta.
A finales del siglo XIX se terminó el paseo del Príncipe, que atraviesa el parque desde la puerta homónima hasta la plaza Zorrilla. Destacan la Fuente de la Fama (1883) y la Fuente del Cisne (1887) en la Pérgola, donde en verano se realizan conciertos y eventos.
El parque es un oasis de fauna y flora. Los pavos reales, introducidos en 1930, son emblemáticos, acompañados por más de noventa especies de aves. La faisanera de 1914, el palomar de 1932 y la pajarería de los años 30 y 40 albergan una gran variedad de aves. La flora incluye 62 especies diferentes, desde olmos y acacias hasta cedros del Líbano.
Este parque está abierto para ser visitado por cualquier persona de manera gratuita:
- Del 31 de octubre al 31 de marzo: de 8:00 a 22:00 horas.
- Del 1 de abril al 30 de septiembre: de 7:00 a 0:00 horas.
Recurso analizado gracias a la financiación del Ayuntamiento de Valladolid.