Un paseo con la burguesía vallisoletana
Pocos espacios hay en la ciudad tan evocadores de la Valladolid burguesa de finales del siglo XIX y principios del XX como la Acera de Recoletos, junto con el Pasaje Gutiérrez. Recorrerla te transporta a aquella época floreciente de nuestra historia. Este ensanche de la ciudad (las afueras en aquel entonces) se convirtió en su principal arteria, que unía el centro con la estación de tren y que contó con la primera línea de tranvía en 1881.
Previamente, se situaron varios edificios religiosos como el desaparecido Convento de Agustinos Recoletos, de donde toma su nombre. Una vez más, la Desamortización de 1835 marca el destino de estos espacios que son aprovechados por la burguesía vallisoletana, demoliendo antiguos inmuebles y construyendo en su lugar grandes edificios residenciales, ahora históricos.
Uno de los que han llegado hasta nuestros días es la Casa Mantilla (haciendo esquina con la calle Miguel Íscar), de Julio Saracíbar, construida en 1891. De arquitectura ecléctica e historicista, tuvo el primer ascensor de la ciudad y fue pionero en el uso de electricidad y de sistemas de ventilación en edificios de uso residencial. Como curiosidad (así lo atestigua una placa colocada en la fachada), en el siglo XVI, en este solar estaba el Hospital de la Resurrección donde Miguel de Cervantes situó ‘El casamiento engañoso’ y ‘El coloquio de los perros’, dos de sus Novelas ejemplares.
Del mismo año y arquitecto es la Casa Resines, ubicada en los números 8 y 9, que combina elementos tomados del estilo renacentista florentino y de la École des Beaux Arts de París. Junto a ella, en el número 11 (esquina con calle Colmenares), se encuentra la Casa del Príncipe, obra de Jerónimo Arroyo de 1906 y llamada así por haber sido residencia del infante Alfonso de Borbón, sobrino del rey Alfonso XIII. Al lado, como recuerda una placa, en el número 12 nació Miguel Delibes.
Un espacio para disfrutarlo
Este amplio bulevar conecta las plazas de Zorrilla y de Colón y combina ocio, paseo, comercio, hostelería y restauración. Está compuesto por tres espacios longitudinales. El más cercano al Campo Grande, que cuenta con una de las entradas laterales al mismo, corresponde a la zona deportiva (principalmente para practicar baloncesto), donde se ubica la Oficina de Turismo; otro espacio central, un tranquilo paseo peatonal rodeado por árboles; y la propia acera, que comparte circulación restringida a autobuses, taxis y residentes.
La Acera de Recoletos cuenta con obras artísticas. En la entrada lateral al Campo Grande encontrarás una estatua dedicada al bailarín vallisoletano de flamenco Vicente Escudero, realizada por la vallisoletana Belén González e inaugurada en el año 1995, y en la propia plaza de Colón se erige el majestuoso Monumento a Cristóbal Colón, obra del sevillano Antonio Susillo, fundida en París y destinada a la ciudad cubana de La Habana, que, tras su pérdida, se devolvió a España donde en 1905 se ubicó en su emplazamiento actual.
También es utilizada para otros muchos y variados eventos a lo largo del año, como el Festival Internacional de Teatro y Artes de Calle (TAC), que tiene lugar a finales de mayo; las casetas de la Feria de Día y la Feria de Cerámica y Alfarería celebradas en la Feria y Fiestas de la Virgen de San Lorenzo (alrededor del 8 de septiembre) o el mercadillo navideño y atracciones infantiles durante la Navidad.
Accesibilidad
Toda la zona, desde la plaza de Zorrilla hasta la plaza de Colón, es totalmente llana y transitable, así como desde el lateral del Campo Grande hasta el paseo central y la propia acera.
Destaca la instalación del ‘parque para niños con discapacidad’, situado al lado del Monumento a Cristóbal Colón, que cuenta con una entrada directa y accesible desde la zona deportiva, además de un columpio para menores con movilidad reducida y otras atracciones inclusivas.
Además, el paseo cuenta con unos baños públicos accesibles para personas usuarias de silla de ruedas o con movilidad reducida. A unos pocos metros en dirección hacia la plaza de Colón, se encuentra el punto de AdaptaBIKI, el servicio público de alquiler de bicicletas, cuyos modelos adaptados estarán disponibles en breve.
A la mitad de paseo, aproximadamente, también se ubica la parada en la que montarte al autobús turístico con el que recorrer la ciudad. La planta baja cuenta con rampa accesible.
En zonas cercanas, hay habilitadas plazas de aparcamiento para personas con movilidad reducida (PMR) en las calles María de Molina, 13 (a unos 150 m) y Gamazo, 13 (a 240 metros).
Recurso analizado gracias a la financiación del Ayuntamiento de Valladolid.